jueves, 24 de noviembre de 2016

CONSTELACIONES FAMILIARES INDIVIDUALES: el trabajo con muñecos



Los muñecos se usan para una sesión individual de Constelaciones Familiares y se debe tener en cuenta si la persona que va a trabajar con los muñecos ha participado previamente en una Constelación grupal o no. Las razones por las que una persona acude a una sesión individual son muy diversas. Algunas sienten que por su forma de ser o por el problema a plantear se sentirían coartadas ante otros participantes. También puede que tenga dificultades personales para hablar o participar en un grupo. Para la persona que ya ha participado en una Constelación grupal es un trabajo similar pero que en vez de personas los muñecos actuarán como representantes. A través de una escenificación con los muñecos es más fácil ver aspectos ocultos o que no se han considerado previamente y que pueden estar afectando a la cuestión o problema que plantea de alguna manera. La mayoría de las personas no pone reparos a la hora de utilizar los muñecos, es más, muchas veces la tarea de elegir, colocar y observarlos les resulta una actividad gratificante y con la que se implican fácilmente.
Trabajar con muñecos es utilizar una herramienta de tipo simbólico. Mediante el trabajo con muñecos representamos de manera metafórica y visual. Los muñecos permiten representar elementos de un sistema (personas o conceptos) y la ubicación de los distintos elementos, en referencia a los demás, es una representación de la dinámica relacional. Los muñecos, al mostrar visualmente elementos y dinámicas, permiten objetivar, exteriorizar múltiples dimensiones o aspectos de la realidad. Este acto de sacar fuera, de posibilitar verlo sin necesidad de contarlo, de presentar una realidad atemporal y no secuencial, facilita tres tipos de procesos fundamentales:
·       Un proceso de integración personal
·       Un proceso de asunción de la propia responsabilidad sobre el cambio
·       Un proceso de reubicación dentro de un sistema
A menudo las sesiones están llenas de conceptos, personas, emociones, objetivos, obstáculos y otros elementos que continuamente entran en relación. Esta técnica facilita la construcción de nuevas narraciones que, partiendo de relatos de dificultad y la responsabilidad personal, nos devuelvan imágenes hacia las que avanzar. Nos ayuda a entendernos mejor y cambiar imágenes que nos reducen por otras que nos amplían.

CONSTELACIONES FAMILIARES: Qué son y como se utilizan



Las Constelaciones Familiares son un método desarrollado principalmente por Bert Hellinger, en el cual se realiza una representación y observación fenomenológica de la estructura familiar.
En la modalidad grupal, la técnica consiste básicamente en que la persona que “constela” elige dentro del grupo de personas que participa a aquellos que representarán a los distintos miembros de su familia y los ubica en el espacio sin ninguna idea preconcebida. La imagen de cómo es esa familia, se pueden trabajar con dos o tres generaciones según se considere necesario, va surgiendo paso a paso durante la Constelación, sorprendiendo incluso a la persona que la configura. 
Es difícil explicar el hecho de que en las Constelaciones Familiares realmente aparezca la verdad sistémica, pero es posible ver cómo, en cuanto los participantes de una Constelación son situados en relación unos con otros, ya no actúan y sienten como ellos mismos, sino como los miembros de la familia a la que representan. Incluso hasta pueden llegar a desarrollar los síntomas físicos de aquellas personas. Podría decirse que lo que actúa sería una especie de “inconsciente colectivo”. Por lo tanto, se debe confiar plenamente en que el individuo, al configurar su familia, está en contacto con algo que lo supera.
Surgirán así “ordenes” de relación preestablecidos que deberemos reconocer ya que han sido aceptados y sostenidos en esa familia, y algunas veces también a nivel social, a lo largo de muchos años de manera que siguen actuando al momento en que se realiza la constelación. Pero luego de eso, y como parte del trabajo a realizar, no perderemos de vista que la idea de familia y los vínculos familiares han sufrido drásticas transformaciones en los últimos años, con lo cual no sólo buscaremos encontrar esos patrones familiares de funcionamiento repetido sino que los analizaremos para intentar hacer cambios, cuando sean necesarios, a formas vinculares más saludables y adaptadas al momento presente y a la realidad de la familia actual.

GENOGRAMA O ÁRBOL GENEALÓGICO: ¿Qué es y para qué sirve?


El genograma, o árbol genealógico, es básicamente un “ordenador” de la información familiar de una persona. En él se registra, de forma estandarizada y utilizando una simbología convencional, la información recopilada. A través de él se puede tener una idea de la estructura familiar de esa persona, presentando por lo menos 3 generaciones. Entre los datos que pueden representarse están el sexo, el vínculo y las características del mismo, si vive o murió, etc. También se pueden agregar otros datos como profesión, fechas, forma de muerte, o cualquier otro que se considere importante.
Por lo general, lo que busca observarse en un genograma a partir de los datos obtenidos es lo siguiente:
·       Síntomas reiterativos, pautas de relación o funcionamiento detectados en la familia y a través de las generaciones. Triángulos repetidos, coaliciones, lealtades, intercepciones, pautas de conflicto, etc.
·       Coincidencias de fechas, por ejemplo, muerte de un familiar o aniversario de su muerte que ocurre al mismo tiempo en que comienza el síntoma, o la edad al comienzo del síntoma que coincide con la edad del desarrollo del problema de otro familiar.
·       El impacto del cambio o transiciones inoportunas en el ciclo vital: cambios en el funcionamiento y las relaciones que corresponden a sucesos críticos en la vida familiar. De interés particular pueden ser, por ejemplo, las transiciones inoportunas en el ciclo vital, por ejemplo: nacimientos, casamientos, mudanzas, “destierros” o muertes que se dan “fuera de programa”.
En el análisis del genograma familiar, se pueden detectar, por ejemplo, la presencia de duelos detenidos o mal resueltos, tanto que tengan que ver con pérdidas de personas, pérdidas materiales, de posición social, emocionales, etc.
También se pueden descubrir mediante el análisis del árbol las “lealtades (familiares) invisibles”, las “deudas o méritos”, y las “justicias o injusticias” cometidas sobre algún miembro de la familia, y los “secretos” y “alianzas”, que pueden condicionar el funcionamiento familiar, y personal, a lo largo de varias generaciones y pueden estar afectando de forma encubierta a la persona que realiza su árbol.